domingo, 2 de septiembre de 2018

Candados


miércoles, 13 de septiembre de 2017

La piel a pedazos

Sentada a la mesa,
con los pies colgando
y actitud solemne,
ya no tiene miedos,
se los ha comido.

Tenedor y cuchillo poseen sus manos,
la cuchara se ha retirado.
No quería formar parte
de aquel caos que adornaba la mesa.
Como si fuese bonito
ver escurrirse la sangre
por los lados,
hasta el suelo,
mojando los pies con goterones
que se secan al instante.

Ella,
corta y descuartiza
la piel a pedazos.
Para que los miedo
no se atraganten al ser tragados,
para que la sangre
deje su jugo
y le sirva
como un pintalabios
de esos que ya no se ven.

Cogió la servilleta
que adornaba sus piernas,
intentando evitar
que su precioso vestido nuevo
se manchase.

Con suavidad, se limpio la boca.
Mientras el rojo vivo
chillaba
hasta más no poder.

viernes, 25 de agosto de 2017

Placeres fugaces


miércoles, 17 de mayo de 2017

Costillas


martes, 25 de abril de 2017

Sin querer o queriéndose

Una caja mal cerrada, como yo.
Un dolor insufrible que quiere llorar pero no llora.
Como una caja mal cerrada, que quiere protegerse de lo exterior a ella pero no sabe,
o no puede luchar por lo que lleva dentro.

Y la miro desde abajo.
Veo como aquella esquina no termina de encajar.
Y aunque quiero,
no quiero cerrarla.
Como una masoquista que se mira en el espejo cuando llora.
Como si la de enfrente fuese otra a la que hay que consolar.

Pero aunque miraras en cada esquina de mi habitación,
no la encontrarías, aquella esquina desencajada de su lugar.
Quizás porque yo la cerraría para que no lo vieras.
O quizás porque aquella esquina, en realidad, no estaría abierta para cualquier corazón.

Aunque la que tiene miedo puede que sea yo,
como una caja mal cerrada por equivocación.
Que a veces quiere llorar pero no llora.
Quizás porque no sabe,
o no puede luchar por lo que lleva dentro.
Como una masoquista que se mira al espejo cuando se echa de menos.
Como si la de enfrente fuese otra a la que hay que consolar.
Sin querer
o queriéndose más.